Pero...Tal vez ya estamos en él, pero nadie se haya dado cuenta aún...

jueves, 10 de febrero de 2011

4. "Paraíso"


Sus largas pestañas negras eran las mismas, pero sus ojos...sus ojos ya no eran pardos...ya no había rastro de ese color café alrededor de sus oscuras pupilas y éste, rodeado a su vez por ese verde grisáceo...
Ahora eran de un color...humm...no sabía decir qué color era...ah, sí, claro. Color ámbar. Sí, ese era. Un color intermedio entre el marrón y avellana. Tenían un tono que podría ir desde un ligero amarillento a un rojizo dorado, y tinte cobrizo.
Eran preciosos, pero obviamente esos no eran los ojos que había visto ayer...
Sacudí la cabeza. Lo más probable era que estuviera usando lentes de contacto, o quizás tan solo hubiera sido el efecto de la luz o algo así...
Antes de que pudiera pensar en otra explicación mínimamente lógica, la muchacha parpadeó...bueno, no llamaría a eso "parpadear", ya que mantuvo sus ojos cerrados por varios segundos. Cuando volvió a abrirlos luego de tan solo unos pocos segundos, contemplé, perplejo, que esos ojos color ámbar que había estado observando hace unos minutos habían vuelto a su color original: pardo. Esa mezcla entre marrón y rojizo, rodeada de ese hermoso verde...
- Mi nombre es Rose - dijo la joven con esa voz dulce que tenía, esbozando una tímida sonrisa.
Asentí, saliendo de mi ensimismamiento.
Di unos pocos pasos hacia ella y me senté a su lado.
- Soy Ian - me presenté, devolviéndole la sonrisa.
Mientras la miraba directamente a los ojos, pensaba: "Debe de haber sido sólo mi imaginación...o un efecto de la luz..."
Ella me devolvía la mirada...no parecía incomodarle que la estuviera prácticamente perforando con la mirada...
A cualquier otra persona le hubiera parecido extraño o grosero que la miraran tan fijo...pero a ella no parecía importarle...
A mí tampoco me molestaba en absoluto que ella hiciera lo mismo conmigo. Es más, me sentía más cómodo con ella, a quien acababa de conocer, que con cualquier otra persona que conociera de años.
Siempre había sentido que no encajaba...pero ésta vez era diferente...
Y era porque Rose, esta joven misteriosa y desconocida de hermosos ojos sentada a mi lado, tampoco parecía encajar con el medio que la rodeaba. Lo supe al instante que la vi parada, sola, en medio de la acera. Y ahora, mirándola directamente a los ojos, pude comprobarlo.
Ninguno de los dos encajaba. Desencajábamos juntos, y era por eso que me sentía tan cómodo estando junto a ella...
Su suave voz me sacó de mis pensamientos.
- ¿Tu espalda está mejor?
Esa pregunta me tomó con la guardia baja. ¿Cómo demonios sabía que me dolía la espalda?
Quise responder, decir algo astuto o inteligente, pero lo único que salió de mi garganta fue un sonido ahogado que creo que Rose no logró oír.
- Ayer llevabas todas esas pesadas maletas al hombro - aclaró, con una sonrisa, como si hubiera notado la confusión en mi rostro.
Asentí lentamente.
Que chica más deductiva...y observadora...
Bueno, más que nada impredecible e inusual. Es decir, ¿a quién se le ocurriría hacer esa pregunta?
- Sí, estoy mejor. Gracias - esbocé una media sonrisa, desviando la mirada hacia el lago.
Fingí estar concentrado observando la superficie congelada en la que se reflejaban los potentes rayos de sol.
- Así que, eres nuevo en el pueblo, ¿verdad? - preguntó, también mirando hacia la transparente masa de agua. Su voz sonaba tranquila y su tono dulce y relajado. No parecía sentirse estúpida como yo me sentía en ese momento por mi patética respuesta a su pregunta anterior.
- Maldición. Tengo que aprender a relacionarme con la gente. ¿Que tal si pensaba que era antipático sólo porque no era capaz de sacar un tema de conversación o de dar respuestas más largas a sus preguntas? - pensé, preocupado.
Pero a Rose nada de esto parecía importarle. Hablaba con total naturalidad y ni una pizca de frustración ni nerviosismo se asomaba por su voz.
Volví a asentir con la cabeza, manteniendo los ojos sobre los brillantes destellos de luz que el sol arrancaba sobre la superficie congelada del lago.
- Sí, acabo de mudarme con mi madre...desde Nueva York - respondí.
- ¿Oh, de verdad? ¿Nueva York? Entonces has hecho un largo viaje...¿es bonito? - preguntó, con un dejo de curiosidad en la voz.
- ¿Nueva York?
- Sí.
- Bueno...no sé si "bonito" sería la palabra adecuada para describir a "La Ciudad Que Nunca Duerme"...no es nada comparado con este lugar - dije, esbozando una sonrisa, mientras miraba hacia las grandes e imponentes montañas a lo lejos.
Cada una de mis palabras habían sido completamente sinceras. De verdad me gustaba este lugar.
Ella asintió, sonriendo.
- Sí...a veces pienso que sólo el Cielo puede superar este paraíso... - rió alegremente, sacudiendo la cabeza. Agregó: - Lo que es irónico porque dicen que el Cielo es el paraíso.
Reí con ella, observando las colinas más cercanas que rodeaban el lago y el lugar en donde nos encontrábamos.
- ¿Sabes qué es extraño? - preguntó unos minutos más tarde.
- ¿Qué? - inquirí, con curiosidad.
- Que acabo de decir "Lo que es irónico porque dicen que el Cielo es el paraíso". Dicen... - pronunció esa palabra en un tono pensativo, lejano - ¿Quiénes dicen? ¿Cómo pueden saberlo? Es decir, todo el mundo habla del Cielo y del paraíso...pero, ¿cómo pueden saber realmente cómo es si nunca lo han visitado? Tal vez ya estamos en él, pero nadie se haya dado cuenta aún...
No respondí a las preguntas que había hecho porque no parecía estar esperando una respuesta. Además, sus palabras me habían dejado con un aire pensativo...en especial su última oración: "Tal vez ya estamos en él, pero nadie se haya dado cuenta aún". ¿A qué se refería con eso? No podíamos estar en el paraíso...es decir, podíamos llamar a este lugar paraíso, como la gente hacía con el Cielo, pero eso no significaba que lo fuera...
Esas extrañas palabras que había dicho aún rondaban en mi cabeza. Jamás me había detenido a plantearme eso...
Definitivamente, aún habían muchas cosas que no sabía sobre Rose...muchos secretos más ocultos detrás de esos hipnóticos ojos...
Ella era un misterio para mí y eso me agradaba de algún modo...
Quería llegar a conocerla mejor, llegar a descifrar esos extraños acertijos que me había planteado...
La miré de reojo, mientras esa enigmática oración que había pronunciado rondaba en mi mente: "Tal vez ya estamos en él, pero nadie se haya dado cuenta aún..."

7 comentarios:

  1. Hola Cande! La verdad es que lo lei ayer el capitulo, pero no pude comentar :( Asi que aqui estoy. Me encanto el cap! Que tiene Rose en sus ojos? Son magicos o que?! Rose es una genia! Por favor siguela, tengo muchas ganas de saber que pasa.
    Besos, Rochi :)

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  2. me encanto!!(L) espero otro capitulo!!
    aqui te dejo mi otro blog:

    http://un-amor-inolvidable.blogspot.com/

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  3. auww!!
    me encanto!!!
    espero el siguiente capitulo!!(yn)

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  4. VISITA MI BLOG, EL TUYO MOLAA !!
    http://simplementemeaburro.blogspot.com/

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  5. Escribe !! No nos dejes con las ansias de saber !!! Jajaja combo ya dije Ame tu blog ! :D

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